AL ESTE DE LA CAMPANA DE GAUSS

24.05.2011 17:17

 

         Tras visionar el documental de los niños con altas capacidades intelectuales, hemos podido comprobar, que los especialistas sostienen que la superdotación es un factor genético pero que hay otro componente como es el ambiental, el entorno en el que crezca el niño y la motivación que reciban serán decisivos para el desarrollo de la capacidad intelectual.

Estamos totalmente de acuerdo, puesto que conocemos casos cercanos a nosotros, en que, estos niños pueden llegar a aburrirse en la escuela hasta incluso ser conducidos al fracaso personal, académico…

 

          Consideramos que no se nos prepara como docentes, lo suficiente bien para llevar a cabo y trabajar con niños superdotados. El Sistema Educativo reconoce los derechos de estos niños pero no se lleva a la práctica.

 

          Desde nuestro punto de vista, es curioso que en la sociedad actual se preste tanta atención a la inteligencia y luego se sepa tan poco de ella. Muchas de las veces pensamos que una persona por el simple hecho de ser inteligente tiene el éxito asegurado y si se trata de un niño superdotado algunos creerán que ya tiene la vida resuelta.

Pensar de esta manera es erróneo, puesto que la mayoría de los niños superdotados sufren el fracaso escolar. No se tiene en cuenta el principal problema: que los niños se aburran en clase.

 

          Es importante que se les preste atención para llegar al éxito y sobretodo que el desarrollo de la capacidad está ligado a la voluntad y al esfuerzo personal y si no existe esta actitud el niño no puede desarrollar sus posibilidades intelectuales.

 

           Se tiene una falsa creencia por algunos educadores de que los niños superdotados son aquellos que sacan buenas calificaciones, son obedientes o tienen el mayor aprovechamiento escolar, la realidad es que comúnmente los niños con coeficiente intelectual alto, suelen pasar desapercibidos y por tanto no reciben el estimulo necesario para el desarrollo de sus capacidades intelectuales.

 

           Por lo que es imprescindible el papel profesional de los educadores, que puede intervenir para mejorar su bienestar. Se puede trabajar con actividades motivadoras y distintas ya que estos niños se cansan muy rapidamente de las mismas actividades y de los mismos procesos la conciencia de grupo y la participación sobre este tema así como las habilidades sociales para que adquieran capacidades de comunicación y relación.

 

           Desde nuestro punto de vista, se debería potenciar y estimular esas capacidades que tiene el niño con el fin de mejorar su calidad tanto en el nivel académico como personal para su desarrollo en la vida   y no hacer que se sienta como un “bicho raro”.

 

           A pesar de que tienen un alto nivel intelectual, también es importante que estos niños y niñas tenga una adaptación que esté acorde con su nivel de aprendizaje.

           Como conclusión, consideramos que los docentes no estamos lo suficientemente formados y que muchas de las veces inconscientemente conducimos nosotros a ese fracaso y una limitación importante sobre ellos. Contar con unos recursos necesarios para tratar a los niños con estas características así como la participación en conjunto tanto de la familia como de los especialistas para conducir a esa calidad en la educación en el que todos salgamos ganando. Nosotros nos sintamos satisfechos con nuestra labor y que nuestros niños también se sientan satisfechos y no excluidos.